Una Parroquia en Madrid dedicada a La Concepción Inmaculada de Nuestra Señora
Tres lustros habían pasado desde la proclamación por el Papa Pío IX del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, cuando se plantea en Madrid la construcción de una parroquia consagrada a este Sagrado Misterio.
La capital era en los meses finales de 1869 un hervidero de rumores, un foco constante de inestabilidad política y un permanente fermento de agitación social.
Destronada Isabel II por la Revolución de Otoño de 1868, las Cortes Constituyentes están debatiendo de manera encendida, en abril de 1869, el proyecto de una nueva Constitución. Uno de los temas que más discusiones provocó fue el de la libertad de cultos y, consecuentemente, la separación entre la Iglesia y el Estado, discusiones que "la calle" acogió de manera crispada.
En este clima de incertidumbre y desasosiego, prolongado durante meses, se reúne en el domicilio del Conde de Alvar Fáñez, el 23 de diciembre de 1869, según reza en el "Libro de Actas de la Junta Constructora de la Iglesia Católica de la Concepción", un grupo de católicos con el propósito de construir, en el barrio de Salamanca, un iglesia consagrada a la Inmaculada Concepción de María.
La preocupación social y religiosa de los reunidos queda plasmada en la declaración de intenciones que, así mismo, figura en la primera de las actas recogidas en el libro mencionado:
"En el nombre de Dios. Así dio principio, Señores, el diario de navegación del inmortal Colón, al partir del puerto de Palos en busca del nuevo mundo; y al buscar nosotros un sitio de recogimiento y devoción para consuelo de nuestras familias y convecinos de este barrio llamado de Salamanca, debemos imitar al gran navegante comenzando en el nombre de Dios esta obra de religiosidad cristiana, seguros de que el Señor nos ayudará para su realización. La realización de una iglesia en el barrio de Salamanca, es tan apremiante como indispensable. Surtido ya el barrio de todo lo necesario a la vida material, es llegado el caso de ocupamos de la instrucción y alimento del alma, construyendo un Templo católico, apostólico, Romano..."(1)
El acuerdo tomado por esta Junta Inaugural, consta literalmente así en el Libro de Actas:
En el nombre de Dios: reunidos los católicos que suscriben y constan al margen, en el domicilio del Excmo. Señor Conde de Alvar Fáñez y por él Presididos, acordaron fundar con el título de La Purísima Concepción, una Sociedad piadosa para erigir en el barrio de Salamanca de esta Capital un Templo en honor y gloria de Dios Nuestro Señor, bajo la advocación de su Santísima Madre la Virgen María en el Sagrado Misterio de su Concepción Inmaculada" .(2)
Por otra parte, en aquella reunión se someten a deliberación y son aprobadas las bases de actuación siguientes:
- Confiar á nuestras madres, á nuestras esposas, á nuestras hijas, á una junta o comisión de Señoras el cuidado de allegar fondos. La propaganda será fecunda y provechosa; confiamos á su religiosidad, á su ternura, á su ardiente fervor y á su poderosa influencia, la realización de la Católica obra.
- Naturalmente debemos elegir una Junta Directiva de entre nosotros, para todo aquello que no sea compatible con los trabajos propios de las Señoras.
- Elegir la Junta de Señoras que se asociarán de todas las demás que crean convenientes para organizar y repartirse los trabajos.
- Las vacantes que por cualquier concepto ocurran, serán reemplazadas por elección, reuniéndose al efecto la Junta de Señoras y Señores designadas
- Aprobar igualmente la circular que debe pasarse a los vecinos del barrio y a los de la Capital que se crea conveniente en demanda de auxilio, de la cual presentamos también proyecto.
- Aunque el tiempo ha sido escaso, presentamos en borrador un plan-proyecto de la Capilla, encomendado al Sr. Coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército Don Francisco Javier Paz, el cual, a pesar de sus muchas y perentorias ocupaciones, se ha ofrecido a dirigir la construcción del Templo." (3)
Las ideas que sobre la construcción y funcionalidad de la nueva iglesia poseía la Junta, quedaron totalmente explicitadas en aquella reunión y convenientemente recogidas en el Libro de Actas, del que trascribimos a continuación:
"Quisiéramos que además de la modesta habitación para el Sr. Cura o Capellán, en la planta baja se construyera otro local destinado a dar educación primaria a veinticuatro niñas pobres del barrio, que serán el precioso plantel de otras tantas familias que rendirán culto a la Inmaculada Virgen María. El Templo será reducido, si bien capaz para las necesidades del barrio. Su construcción será de gran severidad, alejándonos de todo lujo y adorno, tanto para hacer más fácil y pronta la ejecución de la obra, como para evitar gastos. Como signo de pureza, el Templo estará interiormente estucado en blanco, sin más altares que tres: Uno, el retablo con la Imagen en escultura de la Inmaculada Virgen María, bajo cuya protección construimos el Templo; otro, a la derecha, bajo la advocación de San Vicente Ferrer..., y otro a la izquierda, dedicado a San Francisco Javier." (4)
La circular a la que se hace mención en el punto 5 de las bases anteriormente reseñadas, estaba destinada a hacer un llamamiento personal al fervor religioso de los destinatarios, e iba redactada en los términos siguientes:
"Nunca como en los tiempos que alcanzamos, ha sido tan necesario el concurso, la piedad y el esfuerzo de todos los fieles cristianos, para el sostenimiento y propagación de la Religión Católica que heredamos de nuestros antepasados, puesto que tan activa y decidida se presenta la propaganda de las demás religiones y sectas, particularmente de la protestante...
El nuevo barrio de Salamanca carece de iglesia; posible es que en él se intente edificar alguna mezquita, sinagoga o iglesia protestante, y por eso es de imperiosa necesidad erigir allí un templo a la Madre del Salvador, a la Inmaculada Reina de los Angeles, bajo cuyo especial amparo y protección hemos de conseguir el más glorioso triunfo...
Para aquel objeto contamos con solar suficiente, debido a la piedad cristiana de algunos de nuestros hermanos. Contamos con algunos, aunque pequeños, recursos propios; y contamos también muy principalmente, con las limosnas de los fieles..." (5)
De todo ello la Junta da cuenta al Excmo. Sr. Marqués de Salamanca, propietario y constructor del barrio, quien hace suyo este feliz pensamiento, así como a la Dirección de la Sociedad de Crédito Comercial, que era la propietaria de los terrenos y que donó la parcela ubicada en la calle de Hermosilla esquina a la de Claudio Coello(6), dentro de la identificada como manzana 211 .
Sin perder tiempo comienzan las gestiones: se adopta un nuevo proyecto presentado por don Leonardo de Santiago, y se trata con don Jacinto María Ruiz, director de la Sociedad de Crédito Comercial, a fin de ponerse de acuerdo en todo lo referente a la obra, llegándose a la conclusión de que los trabajos como la construcción al menos de una Capilla es apremiante, se empiecen por la parte del edificio destinado a escuela de niñas, habilitándose provisionalmente, una vez terminada esta primera construcción, como Capilla mientras se concluye la Iglesia.
Las obras se inician a tan buen ritmo que solamente tres meses después, en el acta de la junta celebrada el 17 de Marzo de 1870, se deja constancia del júbilo con que fue acogida la noticia de la conclusión de la Capilla, acordándose verificar su inauguración "el día 19 de Marzo, por ser la festividad del Santo Patriarca San José, y onomástica, por tanto, del Excmo. Sr. D. José de Salamanca, fundador y constructor del barrio" .(7)
Efectivamente, y cumpliéndose las previsiones y deseos de ambas Juntas, dos días más tarde se celebró la ceremonia de inauguración, con una misa que fue cantada y solemne, pero sin sermón, por carecer de púlpito la Capilla. Asimismo se entonó un Te Deum en acción de gracias, efectuándose seguidamente, con la misma solemnidad, el acto de colocación de la primera piedra para el futuro Templo.
Sin prácticamente descanso prosiguieron los trabajos con gran entusiasmo y celo, y no habían transcurrido aún nueve meses -concretamente el 5 de Diciembre de 1870- cuando el Conde de Alvar Fáñez remite al Excelentísimo Señor Cardenal Arzobispo de Toledo, "por sí y en nombre de las Juntas Directivas de la Asociación de la Purísima Concepción", escrito en el que ruega el permiso de la Autoridad eclesiástica para abrir al culto el nuevo Templo coincidiendo con la festividad de la Inmaculada, y proponiendo al Excelentísimo Señor D. Joaquín Cafranga "para que la bendiga en tiempo oportuno" .(8)
A las peticiones formuladas por el Conde de Alvar Fáñez, contestó afirmativamente el Cardenal Arzobispo mediante comunicación oficial producida el 7 de diciembre de 1870 y cuyo texto transcribimos:
"Teniendo en consideración cuanto nos manifestó el exponente por sí y a nombre de las Juntas Directivas de la Asociación de la Purísima Concepción, venimos a conceder la licencia que se solicita para que pueda abrirse al culto público la nueva Iglesia que mediante nuestra licencia han erigido en el barrio de Salamanca de esta Capital, debiendo previamente ser bendecida en la forma prescrita en el Ritual Romano por el Presbítero Excmo. Sr. Don Joaquín Cafranga, a quien concedemos nuestras facultades a dicho efecto".
Terminaba así, el 8 de diciembre de 1870, con la solemne bendición e inauguración del Templo, una etapa de afanes y desvelos de un grupo de católicos que felizmente vieron coronado por el éxito sus esfuerzos y entusiasmo, sostenidos a lo largo de una de las épocas más difíciles y conturbadas de las muchas que Madrid ha vivido a lo largo de su dilatada historia.
La parroquia de la Inmaculada Concepción fue filial de la de San José, de la calle de Alcalá, hasta 1891, siendo por lo tanto sus párrocos durante este período los mismos que lo fueron de la de San José: D. Antonio Chacón y Muñoz y D. Donato Giménez Romo.
En el año 1892 adquiere la Parroquia autonomía propia, y es nombrado párroco titular de la misma Don Saturnino MartínBerdinos y Marín, quien ejerció el cargo hasta su muerte, acaecida el 31 de enero de 1901.
Don Eustaquio N_O Marín, que era cura Ecónomo de Santa María la Mayor, de Alcalá de Henares, fue nombrado entonces Cura Párroco de la Concepción de Nuestra Señora, tomando posesión del cargo el día 2 de marzo de 1901.